Pilar Flores

Pilar Flores Cubos

«La vida no va de esconderse de las tormentas sino de bailar bajo la lluvia»

«Los ingredientes principales de cualquier logro son perseverancia y pasión»

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Pilar Flores Cubos nació en Madrid en el seno de una familia humilde, obrera. Su padre, Leonardo, era transportista, y su madre, Aurora, ama de casa y buenísima costurera. Tiene dos hermanas, Aurora y Cristina, con las que creció entre juegos y peleas y a las que desafortunadamente ve menos de lo que quisiera porque viven en Madrid. Tuvo una infancia feliz como primera hija y primera nieta de los abuelos maternos, sus yayos, como cariñosamente les llama Pilar, Pedro y Aniana, a los que consideraba unos segundos padres. De ellos nos cuenta: «Mi yayo, guardia de asalto en el bando rojo durante la guerra civil y preso durante siete años cuando terminó, se encargó de inculcarme los valores sociales y progresistas que forman parte de mí». Este hecho contrasta, con la educación religiosa que recibió por parte de las carmelitas de la caridad en el colegio Vedruna del barrio de Carabanchel, donde vivió su infancia y juventud.

Fue la primera de su familia en acudir a la Universidad y tenía claro que quería estudiar algo relacionado con la salud. Optó por Psicología en la Universidad Complutense.

Los años en la Facultad fueron, para ella, maravillosos en todos los sentidos, hizo grandes amigos con los que aún conserva algún contacto, y descubrió su pasión por la ciencia, a la que ha dedicado y dedica su vida. Así narra el nacimiento de su vocación: «Recuerdo perfectamente cómo las clases de fundamentos biológicos de la conducta en segundo de carrera (como se decía entonces) despertaron mi interés por el estudio del comportamiento humano y sus bases neurobiológicas. Tanto fue así que, a mitad de curso, me acerqué a la profesora pidiéndole un lugar en el laboratorio como ayudante de investigación, pero por desgracia me dijo que en ese momento no tenía ningún hueco. Con el paso del tiempo me ha parecido inexplicable el desprecio a la motivación de una estudiante que se ofrece desinteresadamente a “ayudar” y a aprender. La verdad es que esto me produjo cierta frustración, pero hay dos clases de personas, las que se paralizan ante la frustración y las que se sienten espoleadas para seguir avanzando. Tenía claro que quería investigar, aunque me interesaba también el trabajo como psicóloga».

Hizo un doctorado en Psicología Clínica, que compaginó con el trabajo de intervención en personas con trastornos psicológicos. Sin embargo, las notas durante la carrera, que no fueron del todo malas, le permitieron acceder a una beca de formación de personal investigador, «un sueldo durante cuatro años para investigar». Optó por la investigación, aunque le costó dejar la clínica.

Los años dedicados a la tesis doctoral, en la Universidad Nacional de Educación a Distancia, fueron otro periodo maravilloso en su vida, durante el cual aprendió el oficio de construir conocimiento, de la mano de su director y ahora amigo el Dr. Ricardo Pellón, y en ese periodo de tiempo conoció a su compañero de vida, Fernando, sobre quien comenta: «Juntos durante ya casi treinta años, tantas cosas vividas, tanto amor y entrega compartidos, y lo que nos queda».

Una vez conseguido el título de doctora, había que buscar trabajo en la Universidad, y la verdad, no se le dio mal gracias a la valentía del compañero y amigo el Dr. Luis Fuentes, que por aquel entonces estaba buscando personal para la recién creada Universidad de Almería. Huyendo de la endogamia, Luis publicó en un periódico de tirada nacional dos plazas vacantes en las áreas de Psicología Básica y Psicobiología. Dio la casualidad de que Fernando y Pilar, novios por aquel entonces, estaban en Oviedo, donde Fernando acababa de conseguir una plaza en la Universidad, y el día que se publicaron las plazas salieron a desayunar fuera para no molestar a unos buenos amigos, Encarna y Manuel, que habían ido a visitarlos. De ese momento nos comenta: «Las leímos, nos asombramos, las solicitamos y las conseguimos. Así, en septiembre de 1994 estábamos llegando a Almería».

En el año 2000, siendo ya profesora titular de la Universidad de Almería, nació su primer hijo Nicolás, «maravilloso, guapo, serio, inteligente y formal». Pero fue en 2007 cuando realmente cambió su vida. Tuvo un embarazo gemelar complicado. A las dieciséis semanas se rompió la bolsa de líquido amniótico de la niña (eran niño y niña), y nacieron en la semana 31 después de estar durante cuatro meses sin moverse de la cama del hospital Torrecárdenas de Almería. Pablo se desarrolló bien, pero Paula tuvo una serie de problemas postnatales, como anoxia e infección, lo que derivó en que a los siete meses le diagnosticaron parálisis cerebral infantil.

Empezaron entonces una peregrinación por los distintos dispositivos creados para estos niños, centrados en la atención temprana, que a pesar de tener profesionales estupendos, carecían del tiempo y de algunas especialidades que tanto Fernando como Pilar consideran fundamentales en la intervención con niños con trastornos del desarrollo.

Esta experiencia fue decisiva en sus vidas y decidieron crear una empresa de base tecnológica dedicada a la intervención en neurorrehablitación infantil, donde pudieran poner a disposición de estos niños todos los resultados de investigación obtenidos en la universidad.

Actualmente atienden a casi cien niños en distintas especialidades de la neurorrehabilitación, tienen el título de Joven Empresa Innovadora y consiguieron, en 2008, el premio al emprendimiento social por la Universidad de Almería. Recientemente han estrenado instalaciones con una sala dedicada a ayudas técnicas y nuevas tecnologías en la comunicación y el movimiento, pionera en Almería, acaban de conseguir una subvención Emplea del Ministerio de Economía y Competitividad para la contratación de tecnólogos con el proyecto titulado Neurorrehabilitación basada en la evidencia y están poniendo en marcha un programa innovador en el abordaje del fracaso escolar.

En 2010 consiguió la cátedra en Psicología Experimental. Ha trabajado durante estos casi veinticinco años en la Universidad de Almería en investigación traslacional en el ámbito del control de impulsos de la mano de su compañera y amiga la Dra. Marga Moreno y de muchos estudiantes de doctorado. Cuenta con más de setenta publicaciones nacionales e internacionales y diecisiete proyectos de investigación subvencionados, ha pertenecido a diferentes comités nacionales de evaluación de la investigación y la docencia universitaria, ha dirigido tesis, organizado congresos internacionales e impartido conferencias nacionales e internacionales sobre control de impulsos y neurorrehabilitación infantil.

Su realidad actual nos la describe de esta forma: «En la actualidad, disfruto de mis tres hijos maravillosos, Nico, Pablo, espontáneo, listo y cariñoso, Paula, la más guapa y las más alegre, y de mi marido y compañero Fernando. Sigo investigando y dirigiendo tesis, escribiendo artículos y disfrutando con cada avance de todos y cada uno de los niños y niñas que acuden a InPaula».