Jean Shinoda Bolen, de origen japonés, nació en 1936 en Los Ángeles (EE. UU.). Es doctora en Medicina y profesora de Psiquiatría en la Universidad de San Francisco de California, así como escritora y conferenciante internacionalmente conocida sobre temas de espiritualidad, feminismo, psicología y sus propias experiencias personales: «Mi enfoque personal proviene del hecho de ser analista jungiana y feminista, observadora y activista», afirma ella misma. Casada durante diecinueve años y actualmente divorciada, es madre de dos hijos: Melody y Andy.
Autora de numerosos libros, uno de los más conocidos es Las diosas de cada mujer, publicado en 1984, con el que trata de ayudar a las mujeres a entender su destino a través de las características y cualidades propias que cada una posee de forma innata. Ella llama a estas cualidades «arquetipos», modelos internos que impulsan a la mujer a desarrollar sus propios talentos, resolver problemas y expresar sus mejores cualidades. Identifica estos arquetipos con lo que es propio de cada una de las siete diosas griegas que los encarnan, a las que divide en vírgenes o independientes (Artemisa, Atenea y Hestia), vulnerables o dependientes (Hera Deméter y Perséfone) y alquímicas (Afrodita). Las diosas de cada mujer –afirma su autora– «nos ayuda a entender y comprender que venimos a este mundo con características e instintos que nos son inherentes, y que podemos observar desde nuestra infancia. Estas cualidades son modelos que yo denomino los arquetipos de la Diosa». La obra, escrita en principio como un manual de psicología para mujeres, se convirtió rápidamente en uno de los pilares del movimiento espiritual feminista.
A los cuarenta y nueve años, poco después de separarse de su marido, recibió una invitación que había de cambiar su vida: se trataba de participar en un viaje a Europa visitando determinados lugares sagrados del viejo continente en una suerte de peregrinación, de viaje iniciático, que la llevaría a la catedral de Chartres en Francia, a la vieja abadía de Glastonbury, en Inglaterra, y a la isla de Iona, frente a la costa escocesa. Lo cuenta ella misma en su precioso libro autobiográfico Viaje a Avalon, publicado en 1994:
«La invitación llegó cuando yo estaba pasando por unos momentos muy confusos y dolorosos de mi vida (…), me hallaba inmersa en un periodo de incertidumbre. Era un periodo de transición y desilusión muy difícil, y sin embargo me ofrecía una aventura insospechada». Nuestra protagonista vivió intensamente su viaje, siguiendo esa «llamada de la aventura» por la que siempre se sintió atraída para experimentar nuevas vivencias y encontrarse a sí misma.
De vuelta a casa y tras el éxito editorial obtenido con Las diosas de cada mujer, al que siguió Los dioses de cada hombre y otras publicaciones, como Las brujas no se quejan o Sabia como un árbol, se anima a escribir en 2001 Las diosas de la mujer madura, concentrándose ahora en las mujeres que ya han traspasado los cincuenta años o más. «Las diosas de la mujer madura –afirma– es una guía para el dominio interior y un manual para llegar a ser una anciana fresca y esplendorosa». Se trata de que, en lugar de convertirse en mujeres mayores invisibles y descontentas, transformen la tercera fase de sus vidas en una etapa de esplendor, plenitud e integración personal. Lo explica así en la introducción: «He escrito Las diosas de la mujer madura para que las mujeres puedan nombrar y reconocer aquello que les inquieta. El origen de estos sentimientos son los arquetipos de la diosa que hay en nuestro interior, los patrones y las energías de la psique. Al saber quiénes son las diosas, las mujeres pueden llegar a ser más conscientes de las potencialidades que hay en ellas, las cuales, una vez reconocidas, son fuente de espiritualidad, sabiduría, acción y compasión».
Jean Shinoda Bolen explica en sus libros todo lo que ha aprendido de manera muy pedagógica y práctica para ayudar a las mujeres. En El millonésimo círculo, otro de sus títulos más recientes, les ofrece la forma de hacerse activistas femeninas desde sus círculos más cercanos: «Un círculo digno de confianza tiene un centro espiritual, un respeto hacia los límites y una poderosa capacidad de transformar a las mujeres que lo constituyen». Pero aún llega más lejos cuando dice que «los círculos de mujeres pueden acelerar el cambio de la humanidad». Está convencida de que la era patriarcal toca a su fin.
En su Mensaje urgente a las mujeres lanza una persuasiva llamada a las mujeres de todo el mundo para salvar el planeta, la sociedad, la economía, las estructuras familiares y, con ello, salvarse a sí mismas mediante la acción desinteresada y voluntaria. El trabajo de toda una vida culmina en este libro que, escrito en un lenguaje lírico, intenta avivar una fuerza aún desconocida: la de las mujeres que actúan unidas para salvar el mundo. Basándose en fuentes arqueológicas y culturales, nuestra protagonista nos hace ver que podemos cambiar el clima de violencia y desigualdad que nos está poniendo en peligro a todos en este momento crítico de la historia, afirmando que bastaría con que las mujeres del mundo entero dejaran actuar al amor, la bondad y la compasión que hay en ellas. Defendiendo hechos que van desde la proclamación del Día de la Madre hasta las actuales agrupaciones de jóvenes mujeres que, unidas por un ideal, tratan de salvar árboles, animales, trabajos y vidas, Jean Shinoda Bolen cuenta cómo y por qué las mujeres están especialmente capacitadas para esta urgente tarea de mejorar el mundo. Reconoce que también algunos hombres excepcionales podrían hacerlo, pero para eso –dice– «tendrían que actuar con más sabiduría, compasión y buen humor, y no estar tan supeditados al poder».
Y es que, como ha escrito Desmond Tutu: «Los hombres hemos tenido nuestra oportunidad, y hemos hecho un auténtico estropicio. Ahora necesitamos que las mujeres nos salven».