Adelia Silva de Sosa, educadora, poetisa y periodista uruguaya, nació en unas condiciones propicias para tener una vida sumisa y opaca, por la discriminación racial y de género que sufrían las mujeres afrodescendientes en el Uruguay de principios del siglo XX. Sin embargo, fue maestra, profesora honoraria de Pedagogía y Psicología, directora e inspectora de zona en materia de educación y profesora en cárceles, y siguió estudiando hasta avanzada edad, obteniendo el título de periodista a los 56 años y el de Relaciones Públicas a los 68.

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Adelia Silva de Sosa, un legado de luz en la educación de Uruguay

Adelia Silva de Sosa, educadora, poetisa y periodista uruguaya, nació en unas condiciones propicias para tener una vida sumisa y opaca, por la discriminación racial y de género que sufrían las mujeres afrodescendientes en el Uruguay de principios del siglo XX. Sin embargo, su obra y su legado en la educación han demostrado que las circunstancias desfavorables no son un inconveniente para quienes tienen determinación y fortaleza interior para luchar por sus ideales y hacer realidad sus sueños.

Hija de una sirvienta, Adelia Silva nació en el año 1925 en el departamento de Artigas, en Uruguay. Perdió a su madre y quedó huérfana en su primer año de vida. Así, fue criada y educada por Julia Bianchi, una de las hijas de la familia donde antes trabajaba su madre biológica. En esa época, en Uruguay era común la práctica del padrinazgo, por el que los menores de edad de familias desfavorecidas eran criados por familias adoptivas a cambio de realizar ciertas tareas del hogar, o, como en el caso de Adelia, se acogía en adopción a niños huérfanos, lo que les posibilitaba un futuro con más oportunidades para aprender algún oficio.

Gracias a la adopción de la familia Bianchi, Adelia Silva pudo empezar a cursar sus estudios, dando inicio a lo que sería su trayectoria como educadora. Como maestra, Adelia Silva impartió clases de Física, Química, Francés y también como formadora de formadores. En el Instituto Normal de Artigas ejerció como profesora honoraria de Pedagogía, Psicología, Historia de la Educación y Sociología. También alcanzó a ocupar puestos, a través de concurso, como directora de primero y segundo grado y como inspectora de zona en los departamentos de Artigas, Florida y Salto, un logro destacable para una mujer de sus orígenes en la sociedad de aquel entonces. Otra labor importante que realizó para su entorno fue dictar clases en cárceles y en el hogar de varones (centro de custodia de menores) en Artigas, demostrando así su sentido de ayuda humanitaria.

Casos de discriminación racial sufridos por Adelia como maestra, visibilizaron esta situación que vivieron lo afrodescendientes en ciertos ámbitos de la sociedad. En el año 1956, se instaló en Montevideo con su hija Luz, con el fin de profundizar sus estudios para alcanzar el título de maestra de segundo grado.

Ejerciendo de profesora en instituciones, la maestra Adelia fue cuestionada por la dirección y por un grupo de padres del Instituto en cuestión, no solo por ser de raza negra, sino también siendo acusada de no tener una pronunciación correcta al hablar. Tras las denuncias, Adelia regresa a Artigas, su departamento de origen, y presenta la renuncia al cargo. El caso sale a la luz, gracias a los compañeros de la Escuela de Montevideo, que juntamente con el apoyo de la FUM (Federación Uruguaya del Magisterio) y del inspector departamental de Artigas, Juan Carlos Santos, presentaron la denuncia de la maestra en el XXXIV Congreso Federal, que también fue apoyada por amigos, vecinos y colegas.

En un relato divulgado, la hija de la maestra, Luz Marina Silva, cuenta que su madre nunca tuvo ánimo de destacar la difusión de lo ocurrido, alegando que ese caso había sido algo aislado en su vida, y que nunca se le habían cerrado puertas, y no quería que su trayectoria quedase marcada por un hecho que para ella había sido poco importante. Tanto es así, que no había hecho la denuncia por ella misma, sino que se hizo a través de los demás maestros de la FUM. Con eso demostraba su fortaleza de carácter y su capacidad de discernimiento, enfocando su labor hacia lo que realmente importaba para ella: la educación.

Sus más allegados la describen tenaz, con un amor incondicional a las letras y a la enseñanza, y caracterizada por su distinguida sensibilidad. Frecuentemente recibía en su casa a jóvenes y adolescentes que venían a estudiar y a apoyarse en sus conocimientos y afectos, recibiendo su respaldo y cuidado para obtener sus estudios y títulos.

Su fuerza no reside solamente en el hecho de haber sido una luchadora incansable por la educación. En su vida personal logró alcanzar nuevas metas aun con avanzada edad. En el año 1981 recibió el título de Periodista, y en el año 1993, el de Relaciones Públicas, resaltando su capacidad de renovarse y un amor incondicional por el aprendizaje y la educación. También se hizo escritora y poetisa, obteniendo en 1981 el Premio Jean Harris, otorgado por el Rotary Club, y siguió siendo premiada en distintos concursos de literatura nacionales e internacionales, como por ejemplo, en el año 2004, siendo premiada con el Premio Rocco Certo, otorgado por la Cámara de Comercio Italiana.

El año 2011 se declara Año Internacional de los y las Afrodescendientes juntamente con la conmemoración del Bicentenario de la Revolución artiguista. Así, la Organización Mundo Afro Uruguay decide tributar un homenaje a Adelia Silva de Sosa, editando el libro Adelia Silva, un legado de luz. En esta obra, se dedican unas dulces palabras a la maestra: «…una pequeña, vivaz, con esa alegría fronteriza tan suya nos dejó en el corazón la satisfacción de conocerla y el poder beber de sus conocimientos, los que brindaba abiertamente».

La maestra falleció en 2004, a los setenta y nueve años. Como dice el libro en su homenaje, su «legado de luz» es un marco para la comunidad afrodescendiente, en su país de origen y en el mundo. Un gran ejemplo como mujer, educadora y entusiasta, por su determinación y voluntad por vivir sus ideas y trabajar incansablemente por una sociedad más justa e igualitaria.

LA GRAN PARTIDA

Cuando yo haya partido, dadme serenidad

Sin sollozos que encrespen las mentes las almas

Más bien un ramillete de simples florecillas

Y cirios que comiencen el paso de los siglos

Todo ha de ser sencillo, como ahora la VIDA

Sin carruajes, ni cintas, mensajes, ni artificios

Al CRISTO pedid paz como me ha dado siempre

Pues soy feliz y siento con AMOR verdadero

Todo el bien que consideréis haya hecho en mi turno

Será para que viváis felices, dignamente

Quiero oír la música y el canto de Natura

Por otro ser que nazca en mi postrer instante.

Si al recordarme sentís alguna complacencia

Será que os he querido, ¡cerca me habéis sentido!

Será que la belleza de la amistad fraterna

Dio suavidad de pétalos a nuestras breves vidas

Será que hemos crecido en ternura y alegría

Al juego de los niños y centellar de estrellas

Al susurro ondulante del agua cristalina

Del arroyo cercano en un día cualquiera

Será que de la ofensa nos hemos olvidado

También del egoísmo, vanidad y mentira

Satisfechos y unidos resolvimos acordes

Dificultades nimias del diario trajinar

Será que os he enseñado la palabra primera

guiando la mano torpe llena de voluntad

Os narré un sueño alado un otoño lejano

U os encontré casual, y al paso me aceptasteis

formando un sutil velo de amor y gratitud

Por eso cuando parta guardad suave añoranza

Como tiernos recuerdos en cofre de cristal

Mientras suenen las notas del disco preferido

Si así deseáis que sea para la Eternidad

Pues, tan sólo un suspiro dura la gran Ventura

Y más allá del TIEMPO: ¡Mi AMOR os llegará!”

Poema de Adelia Silva de Sosa

Bibliografía

Recuperando la memoria. Afrodescendientes en la frontera uruguayo-brasileña a mediados del siglo XX. Chagas, Karla; Stalla, Natalia; Ed. MEC, 2009.

http://mujeresquehacenlahistoria.blogspot.com.es/2012/07/siglo-xx-adelia-silva.html Consultado el 7 de junio de 2015

http://archired.blogspot.com.es/2007/06/adelia-silva.html

Consultado el 7 de junio de 2015

http://es.wikipedia.org/wiki/Adelia_Silva

Consultado el 7 de junio de 2015