Carmen Bravo Villasante

Mujeres Geniales - Otras

Mujer incansable que además de ser traductora, escritora, estudiosa de la cultura y viajera se dedicó a promover la lectura y la cultura infantil. Su deseo era contribuir con una biblioteca infantil para las generaciones venideras. En su preciada colección se incluyen algunos ejemplares con más de doscientos noventa años de antigüedad. La agraciada Universidad de Castilla la Mancha obtuvo su biblioteca personal en el año 1997, creando un espacio concreto en la Biblioteca General del campus de Cuenca. Entre sus premios, se destacan el Premio Fray Luis de León por su trabajo como traductora y el Premio Nacional de Literatura Infantil en 1980, por su extensa labor de investigación.

______________________________________________________________________________________________________________

Nació en Madrid en el año 1918, en un entorno familiar que promovió su amor por la literatura y el arte.

Su padre era óptico, el cual, aparte de su profesión, se rodeaba de grandes artistas y literatos. Por otra parte, su madre era ama de casa y formaba parte del famoso club femenino Lyceum, que promovía una puesta en escena de la mujer en el mundo, buscando el reconocimiento que en aquel entonces era una lucha ardua para el sexo femenino. El ejemplo de sus padres enmarcó una infancia idónea para cultivar lo que tiempo más tarde renacería como una dama mensajera de la literatura infantil.

Desde muy joven, Carmen fue una entusiasta de la literatura. Ya desde aquel entonces se empapaba de la amplia biblioteca de la familia, donde se interesó por los clásicos españoles y europeos, recibiendo así el alimento para impulsar su camino en el extenso mundo del arte de escribir.

Cursó sus estudios en el Colegio Francés y realizó su bachillerato en la escuela-instituto, que en aquel entonces era uno de los más adelantados de su época, donde se impartían varios idiomas. Se doctoró en Filosofía y Letras en la Universidad Central de Madrid, con una tesis sobre La mujer vestida de hombre en el teatro español del Siglo de Oro, publicada más tarde en la Revista de Occidente de Madrid. Sintiendo una gran inclinación por la cultura alemana, se especializó en Filología Germánica en el año 1945, realizando sus primeras publicaciones. A partir de sus primeros pasos, dictó conferencias, escribió artículos para prensa, redactó prólogos, tradujo cuentos, publicó libros y rescató novelas.

Fue una mujer incansable, disciplinada investigadora, que indagó en el lado más íntimo, buscando la parte más cercana a la realidad, traduciendo del alemán a grandes autores del siglo XIX como Goethe, Heine, E.T.A. Hoffman, Hörderlin, Heinrich von Kleist, o la vida de Bettina Brentano, en la que nos habla de un inédito Goethe y nos revela la misteriosa personalidad del Maestro Beethoven, obra por la cual recibió el premio de biografía Aedos.

No solo hizo hincapié en la cultura alemana, sino que investigó y escribió sobre el mundo cultural español, europeo y de las Américas. Entre sus biografías encontramos Juan Valera (1959), Emilia Pardo Bazán, vida y obra (1962), y Una vida romántica: La Avellanera (1967). En 1969 escribió su libro Biografía y literatura, donde nos expone sus reflexiones sobre confesiones y secretos de varias escritoras, como Emily Dickinson, Willa Cather, Edith Warton, Hilda Doolitle y Edna Saint, entre otras escritoras. Su carrera en cuanto a su investigación, nos ha dejado un gran legado de biografías de personajes importantes en la historia de la literatura.

En cuanto a su labor en la literatura infantil, encontramos un gran conjunto de recopilaciones, estudios y análisis sobre los diversos enfoques en diferentes culturas, tales como, Historia de la literatura infantil española, Historia y analogía de la literatura infantil iberoamericana, Analogía de literatura infantil universal, El libro del folclore infantil, Dos siglos de libro infantil, Diccionario de autores de la literatura infantil mundial y Ensayo de la literatura infantil, entre otros muchos más.

Pero su investigación no solo se basó en la búsqueda de letras y líneas; su afán de conocimiento la llevó a viajar por todo el mundo realizando un extenso y eficaz trabajo como antóloga, publicando una amplia gama de cuentos populares, adivinanzas, rimas, arrorroes, acertijos, trabalenguas, oraciones y canciones, dejando brillantes regalos, llenos de magia y encanto como son Una, dola, tela, catola (1976), Adivina adivinanza (1978), China china capuchina (1981), Colorín colorete (1983) El libro de los trabalenguas, y muchos más.

Acudía siempre a la feria del libro infantil en Bolonia, a la Schloos Blutenburg de Múnich El castillo de los cuentos de hadas, pasando por Rusia, los países del Este, Latinoamérica, Chipre, Oslo o Estocolmo. En América, su obra dejó gran huella dado que, gracias a su iniciativa, se fundó en cada país una sede de IBBY (International Boardon Booksfor Young People) promoviendo la cultura infantil a través de cursos, seminarios, talleres, premios y revistas especializadas.

Su incalculable trabajo fue galardonado en algunas ocasiones. Entre sus premios, se destacan el Premio Fray Luis de León por su trabajo como traductora y el Premio Nacional de Literatura Infantil en 1980, por su extensa labor de investigación.

De Carmen Bravo Villasante, buscadora nata, podríamos decir por su obra que ansiaba descubrir lo más profundo del ser humano, algo fuera de las formas. Se sentía atraída por el romanticismo y espiritualismo de aquellos personajes de los que escribía. Nunca condicionó su rol como mujer; creía que los logros personales no se definían por el sexo de quien los conseguía, sino por la capacidad de inteligencia y de esfuerzo. Amante de la naturaleza, del arte, de la música, de la ópera y la poesía, se dice de ella que fue una dama muy jovial, alegre y elegante. También madre de dos hijos.

Sus obras dedicadas a la literatura infantil fueron promovidas por ese intenso deseo de que los niños fueran nutridos por la belleza de la música, de la poesía y de los cuentos, dado que sin ellos serían pobres espiritualmente. También vemos reflejada su parte espiritual en el diseño de su sello particular, en donde apreciamos la magnífica figura de un ángel de alas desplegadas que volaba desnudo sobre el mundo.

Carmen Bravo Villasante empezó a coleccionar libros infantiles cuando tenía solo ocho años de edad.

Su deseo era contribuir con una biblioteca infantil para las generaciones venideras, en la que sus fondos fuesen el núcleo, y donde debería estar parte de su vida, su ilusión, sus infinitos paseos por la cuesta de Moyano y por las librerías de libro viejo. En cierta manera, recogía libros como conchas y nácares en la playa, como ecos y voces, como signos que unieran por encima de las distancias.

En su preciada colección se incluyen algunos ejemplares con más de doscientos noventa años de antigüedad. La agraciada Universidad de Castilla la Mancha obtuvo su biblioteca personal en el año 1997, creando un espacio concreto en la Biblioteca General del campus de Cuenca. Para ello contó con el apoyo del CEPLI (Centro de Estudios de Promoción de la Lectura y Literatura Infantil) y de la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades. Por tanto, dejó un gran legado de investigación para aquellos deseosos de adentrarse en el mundo de la literatura infantil.

Esta mujer, genio incansable, no dejó de aportar su esfuerzo incluso cuando un 28 de marzo tuvo repentinos síntomas de lo que aparentaba ser una trombosis, pero tiempo después, se pudo detectar la gravedad de la situación, la cual reveló la existencia de un tumor. Su dedicación y la claridad de su finalidad le dieron fuerzas hasta el último de sus días, asistiendo a sus compromisos y demostrando la capacidad de su voluntad. El 15 de junio de 1994, el hada mensajera de la literatura infantil emprendió un nuevo viaje hacia tierras muy lejanas. Tras su partida dejó una estela de luz, un mundo de sueños, de hadas, de cantos, de romances, de grandes vidas. Dejó para todos nosotros una vida de esfuerzo, dedicación y generosidad, dándonos el claro ejemplo de lo que es la huella de una mujer genial.

Bibliografía

Una, dola, tela, catola, El libro del folclore infantil. Editorial Susaeta (1990).

Colección Carmen Bravo Villasante, Catálogo bibliográfico (fondo antiguo). Manuel Peña Muñoz.

http://web.ua.es/es/histrad/documentos/biografias/carmen-bravo-villasante.pdf

Memorial Carmen Bravo-Villasante. Asociación de Amigos del Libro Infantil y Juvenil.