Juana María de la Vega

Mujeres Geniales - Política

Juana María de la Vega nació en La Coruña en 1805 en el seno de una familia liberal e ilustrada. Se casó con Francisco Javier Espoz y Mina, que cambió los trabajos en el campo por las actividades militares con motivo de la invasión napoleónica, siendo un guerrillero famoso en la Guerra de la Independencia. Entre los honores póstumos que le concedió el Gobierno, figura el título de condesa para su viuda, que fue aya de Su Majestad, la futura reina Isabel II. Durante las epidemias de hambre, peste y cólera que asolaron la ciudad, Juana se hizo cargo del hospital provisional y del hospicio.


 

 

Juana María de la Vega, condesa de Espoz y Mina

Nació en La Coruña el 7 de marzo de 1805 en el seno de una familia liberal e ilustrada. Sus padres fueron D. Juan Antonio de la Vega, de Mondoñedo, y María Josefa Martínez, de Monforte de Lemos. Pronto le pusieron un profesor que le instruyó en letras y humanidades.

El 25 de diciembre de 1821 se casó por poderes con el general progresista Francisco Javier Espoz y Mina en su casa paterna de la calle Real, aunque el acta matrimonial está levantada en la iglesia de San Nicolás.

Espoz y Mina, miembro de una humilde familia campesina, cambió los trabajos en el campo por las actividades militares con motivo de la invasión napoleónica de 1808, siendo el guerrillero más famoso de la Guerra de la Independencia. Debido a sus éxitos militares en la lucha contra los franceses fue premiado por la regencia con el nombramiento de general.

El regreso de Fernando VII obligó a Mina a exiliarse debido a sus ideas liberales, y no regresó hasta el año 1820, en que se inició el Trienio Liberal y fue nombrado capitán general de Navarra, Galicia y Cataluña.

La llegada de «los cien mil hijos de San Luis» en apoyo de Fernando VII en el año 1823 llevó a Espoz y Mina nuevamente al exilio. Dos años más tarde, Juana de Vega se reunió con su marido en Gran Bretaña, donde permanecieron hasta que en 1833 regresaron a España.

El 24 de diciembre de 1836 falleció el general en Barcelona. Entre los honores póstumos que concedió el Gobierno a Espoz y Mina, figura el de otorgar a su viuda el título de condesa de Espoz y Mina.

En abril de 1837 regresó Juana de Vega a La Coruña y se instaló en su casa de la calle Real. Los salones de la condesa de Espoz y Mina se convertirían en el punto de reunión de la sociedad liberal coruñesa y de personas notables que pasaban por la ciudad.

Aunque dos etapas importantes de la vida de doña Juana fueron el matrimonio con Espoz y Mina y su posterior exilio en Gran Bretaña, también hay que destacar los cargos que desempeñó como aya de Su Majestad, la futura reina Isabel II, y de su hermana, la infanta Luisa Fernanda, así como camarera mayor de palacio, durante el periodo 1841-1843. Es durante esta época cuando escribe Historia interior de palacio.

Libre ya de sus obligaciones en palacio, la condesa de Espoz y Mina regresa a La Coruña, y sus salones se convierten otra vez en centro de reuniones liberales.

En 1851 comienzan a publicarse las Memorias del general Francisco Espoz y Mina, que fueron redactadas y preparadas por su esposa.

La condesa de Espoz y Mina no solo celebraba tertulias a las que concurrían destacadas figuras de la intelectualidad coruñesa y gallega, sino que apoyaba a jóvenes figuras, a niños del mundo musical, tal como sucedió en el año 1852: escuchó al violinista Pablo Sarasate y consiguió que tocase en público en el Circo de Artesanos. Juana de Vega se convirtió en su protectora y le sufragó todos los gastos durante sus estudios en Madrid.

En 1853 y 1854 se desataron en La Coruña importantes epidemias de hambre, peste y cólera.

El alcalde, Juan Flórez, pidió a doña Juana de Vega que la Asociación de Señoras que ella presidía, se hiciera cargo de la dirección y mantenimiento del hospital provisional que fue preciso habilitar, así como que acogiera bajo su tutela el nuevo hospicio.

A mediados del mes de noviembre de 1854, la condesa de Espoz y Mina recibió una carta del presidente del Consejo de Ministros, el general Espartero, donde se le ofrecía el título de duquesa de la Caridad con Grandeza de España.

Los testimonios de gratitud se siguieron produciendo y, a finales de noviembre de 1854, el alcalde de La Coruña, Montero Telinge, le envió una carta testimoniándole su admiración y gratitud por la práctica de un «caridad ardiente».

En enero de 1856, la reina le otorga la distinción de viceprotectora de los establecimientos de beneficencia de La Coruña.

A pesar de todas estas distinciones y del respeto del que gozaba D.ª Juana de Vega, ella siempre se mostró humilde y alejada de las fiestas de sociedad, no haciendo gala de sus títulos y dedicando su vida a la ayuda de los necesitados.

En el año 1868, Juana de Vega coincidió con la ferrolana Concepción Arenal, en protestar públicamente cuando el Gobierno prohibió las Conferencias de la Congregación de San Vicente de Paúl, o en las peticiones de indulto para los condenados a muerte.

Uno de los temas en que la condesa también coincidía plenamente con Concepción Arenal era en la necesaria difusión en Galicia de temas agrícolas, base del desarrollo de la región. El gran pensamiento de Juana de Vega era la creación de una escuela teórico-práctica de agricultura, en su casa de San Pedro de Nós, semejante a la que tenía la Diputación de Álava.

Juana de Vega falleció el 22 de junio de 1872 en su casa de la calle Real.

La creacion de la fundacion

El objeto de esta fundación es promover mediante las iniciativas que estime precisas, por sí sola o en colaboración con personas o entidades públicas o privadas, el conocimiento, conservación y desarrollo del medio rural de Galicia, con especial dedicación a la formación de su población activa, a la preservación de su entorno natural y humano y a la mejora de su base económica y de las actividades con ella relacionadas. La fundación también impulsará el conocimiento de la vida y obra de su fundadora y de su contexto histórico.

En las actividades de cualquier tipo que realice la fundación, tendrán preferencia, en igualdad de circunstancias, los vecinos de San Pedro de Nós y San Jorge de Iñás.

Fundación Juana de Vega

Se afirmó que era «una de las mujeres más ilustres de cuantas han enaltecido el nombre de España», y que su nombre debería figurar además en el panteón literario femenino, junto con Gertrudis Gómez de Avellaneda, Cecilia Böhl de Faber, Carolina Coronado, Concepción Arenal y Rosalía de Castro.

Bibliografía

Historia de la Fundación http://www.juanadevega.org/es/fundacion/historia/fundacion/

http://www.juanadevega.org/es/fundacion/historia/biografía

http://www.juanadevega.org/es/fundacion/historia/testamento