Françoise Héritier

Françoise Héritier

Françoise Héritier es una antropóloga social que ha dedicado su vida al estudio de las bases universales de la dominación masculina en las diferentes sociedades. Comprometida en la lucha contra la discriminación, es considerada la sucesora de Lévi-Strauss, el padre del estructuralismo antropológico francés.

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«Decir que las mujeres tienen derecho a venderse es ocultar que los hombres tienen derecho a comprarlas».

Ella misma escribe en su libro La sal de la vida: «Nací antes de la Segunda Guerra Mundial, que me afectó sobremanera, sin haber sufrido en exceso por su culpa, puesto que, de hecho, me permitió, durante unas largas vacaciones en Livradois, conocer un campesinado y un modo de vida desaparecidos».

La casi nonagenaria antropóloga francesa nace el 15 de noviembre de 1933 en Veauche (Loire). Con trece años se traslada a París, donde comienza los estudios de secundaria, y le llama la atención la rama de Historia y Geografía porque quería convertirse en egiptóloga. Sin embargo, para ella fue una revelación asistir al seminario de Claude Lévi-Strauss en la Escuela Práctica de Altos Estudios, y decide dirigir su vida a la antropología social.

Es la sucesora de Lévi-Strauss, padre del estructuralismo antropológico francés, además de ser profesora emérita de la Universidad de Francia y de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales.

Especializada en temas como paternidad, el matrimonio, la familia, la relación entre sexo y género, su campo de investigación se centra particularmente en el estudio de las bases universales de la dominación masculina. Su trabajo alimentó su reflexión en el anonimato sobre el parto, la adopción, la reproducción asistida, etc. Comprometida en la lucha contra la discriminación, participó en las últimas tres décadas en las reflexiones institucionales sobre los grandes debates de la sociedad, a la cabeza del Consejo Nacional sobre el SIDA, del que fue presidente desde 1984 hasta 1995, y del Comité Asesor de Ética en particular.

Activista de la no violencia, también es miembro del Patronato de Coordinación Francesa para el Decenio Internacional de la Cultura de Paz y No-violencia, y la apoya desde su creación en 2001.

Para Héritier, con respecto a las nociones sobre género en sus estudios, en general, argumenta que en un inicio se posee una concepción de debilidad femenina (durante el embarazo, la lactancia y la crianza, principalmente) como referente inmediato a la supuesta imperfección de la naturaleza femenina, lo cual explica una cierta «protección» que no legitima la sujeción ni la sumisión. Argumenta que la desigualdad no es un efecto de la naturaleza, sino que esta es instaurada por la simbolización fundamentada del orden social y de las discrepancias mentales aún vigentes, basadas en un principio en los datos adquiridos por los sentidos a manera de representaciones inconscientes.

La autora propone una «valencia diferencial de los sexos» presente en el origen de lo social y que denota el poder de un sexo sobre otro (la valorización/desvalorización) basado en el principio de diferencia generacional, que otorga superioridad y autoridad en el sistema de parentesco y sus categorías, por ejemplo, padre-hijo, mayor-menor o anterior-posterior.

En una entrevista realizada en Argentina en 2008, Héritier comentaba:

«En la mayor parte del mundo, hay aún tres grandes privaciones para el género femenino. No hablo en cantidad de personas, sino que me refiero al número de sociedades. Primero, la privación de la libertad sobre el propio cuerpo femenino. En la mayoría de las sociedades, las mujeres no pueden decidir si van a tener hijos o no y cuándo, y cuando están embarazadas son forzadas a llegar a término. La segunda privación es del acceso al saber y la enseñanza, para obtener la sumisión y, muchas veces, la adhesión completa de las mujeres a esa situación de sometimiento. La privación del acceso al saber está presente en la mayor parte del mundo, aun cuando las estadísticas de la Unesco nos muestran que las chicas acceden a la escuela: hay que tener en cuenta que esas estadísticas hablan de la entrada, pero no de la salida. Una tercera gran privación es la del acceso a funciones de autoridad, sean políticas, económicas o religiosas».

Con decenas de ejemplos, Héritier refleja en su libro Diferencia de sexos, la discriminación que sufren niñas y mujeres en el ámbito educativo, político y doméstico: «publicidades, o dibujos humorísticos, bromas ordinarias dibujan el paisaje mental en el que se va a inscribir la conducta de los niños, un paisaje que se añade a la educación que reciben en sus casas o en la escuela», escribe la autora acerca de esas representaciones en torno a unos y otros sexos.

La dominación de los hombres sobre las mujeres constituye el eje que vertebra los artículos reunidos en su libro Masculino/Femenino. El pensamiento de la diferencia. Explora los productos del imaginario sobre temas tan vitales como aparentemente «incomprensibles», como son la procreación, la fecundación, la esterilidad, la gestación, las cualidades de los fluidos corporales, la transmisión genotípica, la constitución corporal, etc. Los datos recogidos por Héritier en grupos étnicos del oeste africano se cotejan con hechos de parecida índole en otros pueblos, continentes y épocas.

Héritier pone el racionalismo al servicio del voluntarismo; reivindica su doble estatus de etnógrafa (en el ámbito cultural africano) y de antropóloga, y plantea el desvío antropológico como un instrumento de transformación social.

Termino como empecé, con una frase de su libro La sal de la vida: «Cabe, pues, ver en este texto una especie de poema en prosa como homenaje a la vida. Creo que he vivido, estoy convencida, una existencia exenta de serios reveses. He tenido la suerte de plantearme, como si de un oficio se tratara, cuestiones intelectuales que dan a la existencia un relieve, y a lo cotidiano un toque de placer poco habitual. He disfrutado trabajando y sigo haciéndolo. He tenido la suerte de no conocer ni la miseria ni las grandes dificultades para sobrevivir, simplemente, como tantos otros millones de seres humanos».

Como bien dice Françoise, hay que saber sacar partido a los pequeños placeres de la vida.

Bibliografía

https://www.franceinter.fr/personnes/francoise-heritier

HÉRITIER, Françoise (2007). Masculino/Femenino Disolver la jerarquía. FCE Argentina.

HÉRITIER, Françoise (2012), La sal de la vida. Editorial Aguilar.