Bette Davis

Bette Davis: una fuerza de la naturaleza, un talento explosivo

Bette Davis nació en 1908, y fue una de las figuras más singulares de la historia del cine. Siempre aceptaba los retos, tanto en su vida personal como profesional y se dedicó en cuerpo y alma a su arte, llegando a ser presidenta de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas y obteniendo numerosos premios, entre ellos, Óscar, Emmy y Globos de oro.

___________________________________________________________________________________

Bette Davis fue y sigue siendo una de las figuras más singulares y dominantes de la historia del cine.

«La preciosa lluvia de abril» anunció el nacimiento de esta gran mujer, un 5 de abril de 1908. Apareció entre un trueno y un relámpago. Casi descargó sobre la casa y destruyó un árbol de la parte delantera. Nació en Lowell, Massachussets (EE.UU.), en una tierra rocosa, donde sus inviernos eran muy duros; por lo tanto, aprendió a vivir en el estoicismo desde muy pequeña.

Cuando apenas sabía andar, su abuelo la animó una vez a subir un tramo de escaleras. Ella le miró desde abajo. «Venga, sube», ordenó desde arriba. «Puedes hacerlo paso a paso». Lo consiguió, salió magullada, pero victoriosa. Fue el primero de muchos éxitos que tuvo a lo largo de su vida.

Fue una mujer muy pasional. Tan solo con una inhalación bien medida nos cortaba la respiración. Tenía una gran capacidad de contención: la cara de Bette Davis en reposo era tan dramática como sus gestos más expresivos. Inmóvil y silenciosa, con esos enormes ojos magnéticos, fue tan conmovedora como la Bette Davis a pleno pulmón, en pleno movimiento…

Una de las profesoras que tuvo cuando ya se quería dedicar a ser actriz, era profesora de baile y ella les decía: «Actuar es bailar», les decía: «Pensad en la interpretación exactamente como en un ballet», queriendo decir que la interpretación debía tener una continuidad de movimientos en el cuerpo y la voz, que todo debía estar conectado armónicamente. Más tarde, cuando Bette Davis ya se había convertido en estrella de cine, esta profesora admiró en ella su capacidad para expresar emociones con todo el cuerpo, como una bailarina.

Su educación estuvo marcada por una presión tan severa como distante. Se mantuvo fiel a una serie de principios religiosos, unos valores estrictos e inamovibles que la acompañaron desde la infancia hasta la vejez. En los años 30, los parámetros de la virtud empezaron a relajarse, pero ella siempre fue auténtica y vivió su vida, incluso después de que Hollywood obrara su efecto liberador, como si sus ancestros la hubieran atado un palo a la espina dorsal para que se mantuviera recta en todo momento. Tampoco toleraba las malas posturas de los demás. Sin embargo, al mismo tiempo era muy expansiva…

Fue una mujer muy luchadora. Tenía formación académica, pero creó su propio estilo. Sacrificó su vida personal por el bien de su arte y pagó las consecuencias. Tuvo que librar batallas contra muchas personas. Se enfrentó a todo aquello que encontró en su camino, desde los productores de Hollywood hasta los pomos pulidos de las puertas de las muchas casas que tuvo.

En Nueva York se convirtió en girl scout. Con vehemencia, no tardó en ascender de rango, y llevaba a sus chicas como un sargento de instrucción. Hubo un concurso: un desfile de moda competitivo, y ganó su patrulla…

Estaba acostumbrada a imponer su voluntad con mucha frecuencia. Llegó a ser presidenta de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, pero por breve tiempo. Su error fue pensar que tenía autoridad para hacer algunos cambios. Bette llegó al cargo como líder inteligente, dinámica y capaz…, la comandante de las Girl Scouts convertida en estrella de cine.

Bette era metódica en el trabajo. Para ella el cine era trabajo, el trabajo lo veía como algo bueno, y lo que era bueno era honorable y práctico al mismo tiempo. En su vida, no faltaron placas, reconocimientos, estatuillas… Recibió varios premios a lo largo de su vida: dos Óscar en la categoría de mejor actriz, uno en 1935 por la película Peligrosa, y otro en 1938 por la película Jezabel. También en el Festival de Cannes recibió un premio Emmy como mejor interpretación femenina en Eva al desnudo (1952); un Globo de Oro por su trayectoria profesional (1974), etc.

Fue tremendamente sincera, siempre decía lo que pensaba aunque tuviera que enfrentarse a los demás. Era fuerte y luchadora y no temía a nada ni a nadie. Siempre enfrentaba los retos, tanto en su vida personal como en su vida profesional.

Luchadora hasta el final de sus días, luchó por prolongar su carrera durante muchos años, cuando muchas otras actrices de su edad se conformaron con acomodarse y abandonar su trabajo cuando ya fueron mayores.

Murió el 6 de octubre de 1989 en un barrio de las afueras de París, con ochenta y un años, de un cáncer de mama, pero murió como una gran heroína, enfrentando todos los retos que la vida le puso.

Bibliografia

Bette Davis: Amarga victoria. Ed Sikov.