Diana de Gales, la princesa del pueblo

Diana Spencer fue la princesa de Gales entre los años 1981 y 1996, periodo en que estuvo casada con el príncipe Carlos, hijo de la reina de Inglaterra Isabel II. Su corta vida fue destacada por su capacidad de empatía, por su valor humano y la forma como supo sacar partido de su enorme popularidad para dar visibilidad a varias causas humanitarias.

Conocida como Diana de Gales, Lady Di, «la princesa del pueblo» y «reina de corazones», nunca fue plebeya. Su familia formó parte de la pequeña nobleza, siendo su padre Edward John Spencer, conde de Althorp, y su madre, Frances Ruth Roche, hija del cuarto barón de Fermoy.

Nacida en Sandringham (Norfolk) el 1 de julio de 1961, tuvo una infancia algo alterada por el divorcio temprano de sus padres en el año 1969, cuando tenía apenas ocho años. Diana estudió en diferentes colegios de Inglaterra y Suiza, y nunca fue considerada una buena estudiante. Suspendió dos materias, y frecuentemente bromeaba sobre sus pobres calificaciones.

Según sus propias palabras se consideraba «una rebelde, no quería estudiar, solo me interesaba relacionarme con la gente, cuidar a la gente», cuenta en un documental realizado como homenaje tras veinte años de su fallecimiento. Además, confiesa haber ganado un premio por haber sido la niña más generosa.

Diana trabajó como niñera y como maestra de preescolar en la Young England School. Quería ser bailarina, y aunque tomó clases, era demasiado alta para perseguir una carrera profesional. Pero su amor por la danza clásica la llevó a ser una de las principales patrocinadoras del Ballet Nacional Inglés.

En noviembre de 1977 conoció al príncipe Carlos, primogénito de la reina Isabel II de Inglaterra y heredero del trono británico, con quien contrajo matrimonio unos años después.

La boda de la pareja, que se celebró el 29 de julio de 1981 en la catedral londinense de Sant Paul, se convirtió en un acontecimiento de amplia repercusión internacional, retransmitido por televisión a millones de espectadores, y no faltaron a la ceremonia los principales miembros de la aristocracia europea y más de cien jefes de Estado.

Por su enlace con Carlos, príncipe de Gales, Diana recibió el título de princesa de Gales, si bien su familiaridad y simpatía popularizó en seguida entre sus súbditos el apelativo «Lady Di».

Menos de un año después del matrimonio, la pareja tuvo su primer hijo, Guillermo, y dos años más tarde, su segundo hijo, Enrique.

Diana era una persona atractiva, brillante y vibrante, algo inusual en la realeza. Además era atenta y divertida y tenía una habilidad conmovedora para acercarse a las personas y darles la mano. En el año 1995, tras su visita a la ONG Centrepoint, la mayor organización de ayuda a los sin techo en Londres, se mostró «indignada por las condiciones y la vulnerabilidad de los jóvenes». Con eso, se enfrentó a problemas políticos, ya que su discurso fue visto como una afrenta y la acusaron de «politizar a la familia real» e inmiscuirse en asuntos del Estado.

La princesa de Gales quiso transmitir sus valores a sus hijos, llevándoles bastante pronto a conocer la vida fuera del palacio real. Algo que tras su muerte se ha configurado como una huella a seguir por ambos. Tanto es así que actualmente tanto Guillermo y Enrique como también la esposa del primero, Kate Middleton, tratan de dar seguimiento a la ayuda humanitaria en diversas causas. «Nuestra madre nos enseñó que fuera de las paredes de palacio la gente vivía con problemas y dificultades, y por eso nos llevaba con ella a sus visitas a los sin techo o a enfermos», cuenta Guillermo.

A principios de diciembre de 1992 los príncipes de Gales se separaron, tras una guerra mediática de acusaciones con historias de infidelidades y desamores que ha durado unos cuantos años, fragilizando la tradicional y hermética reputación de la casa real británica. El divorcio, finalmente, se consumó el 29 de febrero de 1996.

Libre de toda la carga protocolaria, Diana se involucró en iniciativas humanitarias, y con breves pero contundentes gestos provocó enormes cambios. Fue la primera en mostrarse estrechando la mano a un enfermo de SIDA, en una época en la que hablar de VIH era tabú y el enfermo era estigmatizado. «El VIH no hace a la gente peligrosa. Se les puede tomar de la mano y darles un abrazo. Dios sabe cuánto lo necesitan», dijo. Con eso, Diana educó al mundo sobre la compasión, el amor y la comprensión a la vez que rompía el estigma asociado a la enfermedad y a quienes la padecían.

Realizó subastas de sus pertenencias para conseguir fondos de caridad. Una de estas la realizó en junio de 1997 en Nueva York, donde puso a la venta los vestidos y trajes utilizados por ella en sus compromisos oficiales, reuniendo 3,25 millones de dólares para instituciones de lucha contra el cáncer y el SIDA.

Ella describió su trabajo con el Royal Brompton Hospital, en Londres, de esta manera: «Realizo los viajes al menos tres veces a la semana y paso hasta cuatro horas seguidas con pacientes tomándolos de la mano y hablando con ellos. Algunos vivirán y otros morirán, pero todos deben ser amados mientras estén aquí. Intento estar ahí para ellos».

En palabras del director del Instituto de Gestores para la Obtención de Fondos para Obras de Beneficencia de Gran Bretaña (Institute of Charity Fundraising Managers), «El efecto de Diana sobre las organizaciones y sociedades benéficas es, probablemente, más significativo que el de cualquier otra persona del siglo XX».

En los años siguientes a la separación, Diana prestó su imagen pública a diferentes organizaciones humanitarias y apareció en multitud de actos en favor de los sectores más marginados de la sociedad.

Fue presidenta y madrina de cien organizaciones de caridad, entre las que destacan el hospital de niños de Londres Great Ormond Street, el Royal Marsden Hospital, especializado en tratamiento de cáncer, el Centrepoint, una organización para los sin techo, The National Aids Trust, de lucha contra el SIDA, y The Leprosy Mission.

Su campaña contra las minas antipersona la llevó a Angola a principios de 1997. En el transcurso de los cuatro días que permaneció en este país visitó un centro de recuperación situado en las afueras de Luanda, donde pudo entrevistarse con jóvenes que habían sufrido mutilaciones corporales por la acción de minas terrestres.

En el verano del mismo año viaja a Bosnia junto a la organización Landmine Survivors Network, donde un millón de minas antipersona cubrían la tierra devastada de aquel país.

Se le atribuyó a Diana una fuerte influencia internacional, ya que, un año después de su muerte, el Tratado de Ottawa se firmó para prohibir internacionalmente el uso de minas terrestres por parte de 161 Estados miembros.

Su muerte ocurrió el 31 de agosto de 1997 en un accidente automovilístico en París, donde supuestamente estaban siendo perseguidos por los paparazzi y en el que también fallecieron su pareja de la época, Dodi Al-Fayed y el chófer que conducía el coche.

Sin embargo, y a pesar de que su vida personal ha sido ampliamente expuesta en la prensa rosa, consideramos que la genialidad de Diana de Gales radica en su faceta caritativa y en su capacidad de dar visibilidad a causas humanitarias marginadas.

Tras su muerte, su trabajo y sus valores siguen actuando a través de la Royal Foundation, una entidad filantrópica utilizada como vehículo caritativo por los duques de Cambridge y el príncipe Harry y la entidad benéfica Diana Awards, dedicada a ayudar a los jóvenes más desfavorecidos. Su memoria queda grabada por la huella que ha dejado, por sus hechos y su carisma. Tal como dijo la reina Isabel II durante los días del funeral de Diana, «Nadie que conociera a la princesa la podría olvidar. Fue un ser humano excepcional y de grandes dotes. Ni en las buenas ni en las malas, nunca perdió su capacidad de sonreír ni reír, ni inspirar a los otros con su calidez y bondad».

Frases de Diana de Gales:

«Ayudar a las personas necesitadas es una parte buena y esencial de mi vida, una especie de destino».

«No sigo el libro de reglas. Yo actúo desde el corazón, no desde la cabeza».

«Donde veo sufrimiento, es donde quiero estar, haciendo lo que puedo».

«Nada me da hoy tanto placer como poder ayudar a los que, en nuestra sociedad, son vulnerables».

http://www.lanacion.com.ar/2057763-por-que-lady-di-nos-importa-una-cronologia-de-las-obras-que-provocaron-un-cambio

https://www.biografiasyvidas.com/reportaje/diana_de_gales/

http://www.elmundo.es/cultura/2017/07/25/5976fc5922601d0f408b4654.html

Princess Diana, our mother: her life and legacy

http://dianaslegacy.co.uk/