Elena Fortún

Mujeres Geniales - Otras

Elena Fortún, nombre artístico tomado de una novela, fue una escritora de libros infantiles cuya protagonista más afamada es Celia, una niña respondona, imaginativa y de clase alta, que vivía en un piso inmenso con su niñera inglesa y con su gato Pirracas. Tras una estancia en Argentina después de la guerra civil, se instaló en Barcelona, donde desarrolló su obra.


Elena Fortún, la desconocida creadora de Celia
Elena Fortún (Madrid, 1886-1952) se llamaba en realidad Encarnación Aragoneses. Tomó su nombre artístico de una novela que había publicado su marido.
Fortún se había casado en 1906, cuando tenía veintiún años, con su primo Eusebio Gorbea, que era militar, aunque lo que siempre quiso hacer fue ser escritor. La pareja tuvo dos hijos, aunque el matrimonio no fue feliz. El más pequeño de sus hijos murió a mediados de los años 20, cuando solo tenía diez años, lo que fue un duro golpe para sus padres.
Durante la segunda mitad de los años 20, la futura escritora se dedica a obras de beneficencia y se integra en diferentes asociaciones culturales. Fueron sus amigas del ámbito literario las que la empujaron a publicar las anotaciones que hacía sobre la vida de los niños. Ese fue el germen de los libros protagonizados por Celia, una niña respondona, imaginativa, de clase alta, que vivía en un piso inmenso con su niñera inglesa y con su gato Pirracas, que se convirtieron en best seller.
Entre los libros inéditos de Elena Fortún también hay una novela sobre una relación lésbica, El pensionado de Santa Casilda, lo que es bastante avanzado para su tiempo. También mantuvo una relación amorosa con la grafóloga Matilde Ras, con la que intercambiaba mensajes encriptados para ocultar su pasión y sus ideas políticas.
Tras la Guerra Civil, siguió a su marido al exilio en Argentina. Permaneció allí hasta finales de los años 40, cuando volvió a España decidida a conseguir una amnistía para su marido que les permitiese volver. Mientras Elena estaba en España, él se suicidó. El hijo de ambos también se suicidaría tras la muerte de su madre.
Después de la muerte de su marido, Elena Fortún se instaló en Barcelona. Desde allí escribió los últimos libros sobre Celia y sus hermanas, hasta que su salud se quebrantó de forma definitiva y tuvo que ser hospitalizada. Murió en Madrid en 1952.
En los años 90 del siglo XX, una serie de televisión puso de nuevo de moda el personaje de Celia, y sus libros fueron reeditados, pero pocos se interesaron por la mujer que estaba detrás de estas historias. Sin embargo, la historia de Elena Fortún bien merece ser rescatada del olvido. Elena Fortún, la desconocida creadora de Celia
Elena Fortún (Madrid, 1886-1952) se llamaba en realidad Encarnación Aragoneses. Tomó su nombre artístico de una novela que había publicado su marido.
Fortún se había casado en 1906, cuando tenía veintiún años, con su primo Eusebio Gorbea, que era militar, aunque lo que siempre quiso hacer fue ser escritor. La pareja tuvo dos hijos, aunque el matrimonio no fue feliz. El más pequeño de sus hijos murió a mediados de los años 20, cuando solo tenía diez años, lo que fue un duro golpe para sus padres.
Durante la segunda mitad de los años 20, la futura escritora se dedica a obras de beneficencia y se integra en diferentes asociaciones culturales. Fueron sus amigas del ámbito literario las que la empujaron a publicar las anotaciones que hacía sobre la vida de los niños. Ese fue el germen de los libros protagonizados por Celia, una niña respondona, imaginativa, de clase alta, que vivía en un piso inmenso con su niñera inglesa y con su gato Pirracas, que se convirtieron en best seller.
Entre los libros inéditos de Elena Fortún también hay una novela sobre una relación lésbica, El pensionado de Santa Casilda, lo que es bastante avanzado para su tiempo. También mantuvo una relación amorosa con la grafóloga Matilde Ras, con la que intercambiaba mensajes encriptados para ocultar su pasión y sus ideas políticas.
Tras la Guerra Civil, siguió a su marido al exilio en Argentina. Permaneció allí hasta finales de los años 40, cuando volvió a España decidida a conseguir una amnistía para su marido que les permitiese volver. Mientras Elena estaba en España, él se suicidó. El hijo de ambos también se suicidaría tras la muerte de su madre.
Después de la muerte de su marido, Elena Fortún se instaló en Barcelona. Desde allí escribió los últimos libros sobre Celia y sus hermanas, hasta que su salud se quebrantó de forma definitiva y tuvo que ser hospitalizada. Murió en Madrid en 1952.
En los años 90 del siglo XX, una serie de televisión puso de nuevo de moda el personaje de Celia, y sus libros fueron reeditados, pero pocos se interesaron por la mujer que estaba detrás de estas historias. Sin embargo, la historia de Elena Fortún bien merece ser rescatada del olvido. Elena Fortún, la desconocida creadora de Celia
Elena Fortún (Madrid, 1886-1952) se llamaba en realidad Encarnación Aragoneses. Tomó su nombre artístico de una novela que había publicado su marido.
Fortún se había casado en 1906, cuando tenía veintiún años, con su primo Eusebio Gorbea, que era militar, aunque lo que siempre quiso hacer fue ser escritor. La pareja tuvo dos hijos, aunque el matrimonio no fue feliz. El más pequeño de sus hijos murió a mediados de los años 20, cuando solo tenía diez años, lo que fue un duro golpe para sus padres.
Durante la segunda mitad de los años 20, la futura escritora se dedica a obras de beneficencia y se integra en diferentes asociaciones culturales. Fueron sus amigas del ámbito literario las que la empujaron a publicar las anotaciones que hacía sobre la vida de los niños. Ese fue el germen de los libros protagonizados por Celia, una niña respondona, imaginativa, de clase alta, que vivía en un piso inmenso con su niñera inglesa y con su gato Pirracas, que se convirtieron en best seller.
Entre los libros inéditos de Elena Fortún también hay una novela sobre una relación lésbica, El pensionado de Santa Casilda, lo que es bastante avanzado para su tiempo. También mantuvo una relación amorosa con la grafóloga Matilde Ras, con la que intercambiaba mensajes encriptados para ocultar su pasión y sus ideas políticas.
Tras la Guerra Civil, siguió a su marido al exilio en Argentina. Permaneció allí hasta finales de los años 40, cuando volvió a España decidida a conseguir una amnistía para su marido que les permitiese volver. Mientras Elena estaba en España, él se suicidó. El hijo de ambos también se suicidaría tras la muerte de su madre.
Después de la muerte de su marido, Elena Fortún se instaló en Barcelona. Desde allí escribió los últimos libros sobre Celia y sus hermanas, hasta que su salud se quebrantó de forma definitiva y tuvo que ser hospitalizada. Murió en Madrid en 1952.
En los años 90 del siglo XX, una serie de televisión puso de nuevo de moda el personaje de Celia, y sus libros fueron reeditados, pero pocos se interesaron por la mujer que estaba detrás de estas historias. Sin embargo, la historia de Elena Fortún bien merece ser rescatada del olvido.Elena Fortún, la desconocida creadora de Celia
Elena Fortún (Madrid, 1886-1952) se llamaba en realidad Encarnación Aragoneses. Tomó su nombre artístico de una novela que había publicado su marido.
Fortún se había casado en 1906, cuando tenía veintiún años, con su primo Eusebio Gorbea, que era militar, aunque lo que siempre quiso hacer fue ser escritor. La pareja tuvo dos hijos, aunque el matrimonio no fue feliz. El más pequeño de sus hijos murió a mediados de los años 20, cuando solo tenía diez años, lo que fue un duro golpe para sus padres.
Durante la segunda mitad de los años 20, la futura escritora se dedica a obras de beneficencia y se integra en diferentes asociaciones culturales. Fueron sus amigas del ámbito literario las que la empujaron a publicar las anotaciones que hacía sobre la vida de los niños. Ese fue el germen de los libros protagonizados por Celia, una niña respondona, imaginativa, de clase alta, que vivía en un piso inmenso con su niñera inglesa y con su gato Pirracas, que se convirtieron en best seller.
Entre los libros inéditos de Elena Fortún también hay una novela sobre una relación lésbica, El pensionado de Santa Casilda, lo que es bastante avanzado para su tiempo. También mantuvo una relación amorosa con la grafóloga Matilde Ras, con la que intercambiaba mensajes encriptados para ocultar su pasión y sus ideas políticas.
Tras la Guerra Civil, siguió a su marido al exilio en Argentina. Permaneció allí hasta finales de los años 40, cuando volvió a España decidida a conseguir una amnistía para su marido que les permitiese volver. Mientras Elena estaba en España, él se suicidó. El hijo de ambos también se suicidaría tras la muerte de su madre.
Después de la muerte de su marido, Elena Fortún se instaló en Barcelona. Desde allí escribió los últimos libros sobre Celia y sus hermanas, hasta que su salud se quebrantó de forma definitiva y tuvo que ser hospitalizada. Murió en Madrid en 1952.
En los años 90 del siglo XX, una serie de televisión puso de nuevo de moda el personaje de Celia, y sus libros fueron reeditados, pero pocos se interesaron por la mujer que estaba detrás de estas historias. Sin embargo, la historia de Elena Fortún bien merece ser rescatada del olvido.