María de la O Lejárraga

María de la O Lejárraga, conocida como María Martínez Sierra (1874-1974)

Luchadora por los derechos de la mujer y escritora: ¿sumisión o estrategia?

María de la O Lejárraga (1874-1974) luchó por los derechos de la mujer y fue una prolífica escritora a lo largo de su dilatada vida. Sin embargo, siempre firmó con el nombre de su marido, concediéndole a él el éxito y la fama. Incluso después de enviudar, adopto los apellidos de su esposo para firmar muchas de sus obras como María Martínez Sierra. Tal vez fuera una aceptada sumisión, o tal vez una estrategia para facilitar su publicación.

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Nació en San Millán de la Cogolla (La Rioja) en 1874, pero pronto la familia se trasladó a Madrid. Estudió en la Asociación de la Enseñanza para la Mujer, y más tarde, Magisterio en la Escuela de Maestras, profesión que ejerció durante varios años. Obtuvo el título de profesora de idiomas (educación poco habitual en su época, y menos siendo mujer).

En esta época publicó con su propio nombre Cuentos breves para niños. A los veintitrés años conoció a Gregorio Martínez Sierra, un joven de diecisiete años al que le gustaba el teatro y escribir poemas. Se casaron tres años más tarde, en 1900.

Se marchó con su marido a París, donde ella estudiará Pedagogía, y ambos se dedicaron a escribir y traducir. Más tarde se trasladaron a Bruselas. «Bélgica fue mi iniciadora al socialismo», reconocería.

De regreso a España fundaron las revistas Helios y Renacimiento, de una enorme trascendencia en el mundo literario de la época. En ellas escribieron los hermanos Machado, Juan Ramón Jiménez, Pérez de Ayala, Unamuno, Rubén Darío y muchos otros.

Durante muchos años, sus escritos, ensayos, libretos y piezas de teatro los firmó con el nombre de su marido, Gregorio Martínez Sierra.

Sus textos encubiertos aparecieron en la sección quincenal de la revista Blanco y Negro, titulada «La mujer moderna», donde animaba a la mujer a tomar conciencia de su lastimosa condición civil y social, y a que se formase para tener acceso a la vida laboral y poder así reivindicar sus derechos.

Es autora de diversos ensayos: Feminismo, feminidad y españolismo, Cartas a las mujeres de España, novelas como Tú eres la paz, y obras de teatro como Primavera en otoño.

Destacan los libretos de El amor brujo y el argumento de El sombrero de tres picos para el compositor Manuel de Falla, que se convirtieron en rotundos éxitos e hicieron de Gregorio Martínez Sierra un autor de renombre internacional, ya que iban firmados con su nombre.

Su separación se produjo en 1922, cuando su marido tuvo una hija con Catalina Bárcena, la actriz que interpretaba las obras de teatro, como Canción de cuna, que ella escribía y él firmaba como propias. Guardaron una relación cordial y ella continuó escribiendo para él hasta que este murió en 1947.

En su libro de memorias Gregorio y yo, escrito en el exilio, María explicó que solo había sido coautora en las obras. Siempre nos quedará la duda de por qué publicó gran parte de su obra con la firma de su marido, dándole a él la fama. ¿Fue sumisión o una buena estrategia para poder publicar sin problemas sus escritos feministas?

María no era una mujer tradicional; todo lo contrario, era feminista y progresista.

Hacia 1931 empezó a firmar como María Martínez Sierra (seudónimo que adoptó a partir de los apellidos de su marido), y publicó La mujer española ante la República, dirigida a las mujeres de clase media, donde se lee: «La Patria, que para los hombres es la Madre, para las mujeres es el Hijo», así como la serie Artículos feministas a las mujeres republicanas, donde escribe: «…esperemos que el Gobierno de la Buena Voluntad Española nos dará derechos que hasta hoy no hemos tenido las mujeres el gusto de disfrutar».

El 14 de abril de 1931 se proclama en España la Segunda República y, junto con Clara Campoamor y otras muchas mujeres, se involucra en multitud de iniciativas en la lucha por el sufragio de la mujer y la igualdad entre los sexos. También se dedicó a dar conferencias, y fundó la Asociación Femenina de Educación Cívica, afiliándose al PSOE.

En 1933, salió elegida diputada por Granada al Congreso de la II República, en las primeras elecciones que contaron con la participación de las mujeres.

Así, llegaría a escribir: «El feminismo quiere que las mujeres tengan los mismos derechos y los mismos deberes que los hombres, que gobiernen el mundo a medias con ellos, ya que a medias lo pueblan… que lleven ellos y ellas una vida serena, fundada en la mutua tolerancia que cabe entre iguales…».

Sus ideas y actividades le valdrían el exilio durante la Guerra Civil. Marchó a Francia y, posteriormente, en 1950, a Nueva York, donde llegaría a desarrollar una gran actividad en la prensa y en la radio.

Vivió en México y Argentina, donde escribió sus memorias, Gregorio y yo, y a sus ochenta años publicó Una mujer por caminos de España, donde contó cómo tuvo lugar su campaña electoral. Murió casi centenaria en Buenos Aires (Argentina) en 1974.

Si queremos definir la vida y obra de María Lejárraga, debemos decir que fue pedagoga, escritora, periodista, traductora, diputada socialista por Granada y, sobre todo, luchadora por los derechos de la mujer, lo que le costó el exilio.

A modo de epílogo recordaremos una frase definitoria de su obra:

«Las mujeres socialistas debemos enseñar, enseñar sobre todo una asignatura única: la solidaridad humana».

 

Bibliografía

Diario digital El Español, Sección: historias de ellas.

Web españa es cultura.

Revista mujerhoy. El blog de Mara Malibrán, 16 dic 2016.

Wikipedia.

El feminismo de María Martínez Sierra. Julio del Pino Perales.

Valvanera.com (la cultura riojana).

www.blr.larioja.org

Instituto Andaluz de la Mujer.

EL CATOBLEPAS, revista crítica del presente, número 157, marzo 2015.