Aleksandra Kollontai

Aleksandra Kollontai nació en 1872 en San Petersburgo. Fue una destacada comunista y revolucionaria rusa, que defendió los derechos de las mujeres y de los trabajadores. Fue la primera mujer de la historia en ocupar un puesto en el Gobierno de una nación y la primera mujer embajadora de su país en el extranjero.

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Aleksandra «Shura» Mijailovna Kollontai

Nació el 31 de marzo de 1872 en San Petersburgo, y murió el 9 de marzo de 1952 en Moscú cuando tenía setenta y nueve años. Fue una destacada política y marxista rusa. Comunista y revolucionaria, fue la primera mujer de la historia en ocupar un puesto en el Gobierno de una nación.

Biografía

Alexandra Domontovich nació en el seno de una familia aristocrática de San Petersburgo. Su padre era general del ejército imperial ruso y su madre, hija de un comerciante de maderas. Criada mayormente por la servidumbre, tenía maestros privados en casa durante el año y pasaba el verano leyendo en la finca de la familia de Karelia en Finlandia, bajo dominación rusa en esa época. Así, Kollontai se empapó de la vida de los arrendatarios de tierras y los trabajadores agrícolas. Obtuvo el título de maestra y comenzó a escribir.

Contra los deseos de sus padres, en 1893 se casó con su primo Vladimir Ludvigovich Kollontai, oficial de ejército. Luego del nacimiento de su hijo Mikhail, la vida de matrimonio resultó una gran desilusión, al sentirse atrapada en casa sin tiempo para escribir.

Durante una inspección a una fábrica textil, Kollontai encontró a un niño muerto en una vivienda de los barrios pobres donde vivían hacinados, hecho que marcó su vida y la convirtió en revolucionaria.

Aún enamorada de su marido, en 1898 Kollontai dejó atrás su vida matrimonial y a su hijo para estudiar economía política en Zurich. Ya había leído a Marx y Lenin, y en Zurich se familiarizó con las ideas de Karl Kautsky y Rosa Luxemburg. Su primer artículo examinaba la influencia del medio ambiente en el desarrollo de los niños, y su primer libro investigaba las condiciones de vida y de trabajo del proletariado finlandés con relación a la industria. El libro se publicó en 1903 en San Petersburgo, donde llamó la atención entre los círculos revolucionarios.

Participó en los acontecimientos revolucionarios de 1905, tras presenciar la matanza de obreros frente al Palacio de Invierno. Kollontai trabajó entonces escribiendo artículos y organizando asociaciones de trabajadoras rusas. Viajó por toda Europa, entrando en contacto con diversos partidos socialistas en países como Alemania, Gran Bretaña y Francia.

En 1914 Kollontai se unió a los bolcheviques, la facción radical del Partido Social Demócrata de los trabajadores rusos, establecido por Lenin. Desde 1915, Kollontai fue asistente de Lenin. Se convirtió en la primera mujer elegida como miembro del comité central del partido. Luego de la revolución de octubre, cuando Lenin y los bolcheviques tomaron el poder, la nombraron comisaria del pueblo de Bienestar Social.

Se opuso activamente a la Primera Guerra Mundial, por sus motivaciones imperialistas al servicio de la clase dominante. En este sentido, participó en la Conferencia de Zimmerwald en 1915. En esta época también viajó por diversos países haciendo campaña contra la guerra.

Al desatarse los sucesos que desembocaron en la Revolución de Octubre, Aleksandra Kollontai regresó a Rusia, donde fue elegida miembro del Comité Ejecutivo del sóviet de Petrogrado. Apoyó a Lenin en su visión de los sóviets como organismos para el ejercicio del poder y la necesidad de superar la revolución burguesa con la revolución proletaria.

Pocos meses antes de octubre de 1917 fue elegida miembro del Comité Central del Partido.

Fue una de las personas que más trabajaron para conseguir los derechos y libertades de las mujeres, modificando aspectos de las leyes que hacían a la mujer una subordinada del varón, le negaban el derecho al voto y la hacían ganar menos salario y trabajar en peores condiciones que los varones. La Revolución consiguió poner las bases para la igualdad real entre varones y mujeres. Se aprobaron el divorcio y el aborto, y se otorgaba a las mujeres beneficios sociales en forma de salarios de maternidad, guarderías y hogares

para los niños. Kollontai trató el tema de la liberación sexual femenina en dos de sus obras: La nueva mujer y El amor en la sociedad comunista.

En 1923 pasó al servicio diplomático. Fue nombrada embajadora de la Unión Soviética (primera mujer embajadora de la historia) en Noruega y, posteriormente, en Suecia y México.

También formó parte de la delegación soviética en la Sociedad de Naciones.

El conjunto de su obra, sus numerosos artículos y discursos, con su lucidez y coherencia, representa aún hoy en día un manifiesto original para una historia de la liberación femenina.

Regresó a la Unión Soviética en 1945. Fue nominada en 1946 para el Premio Nobel de la Paz. Pasó sus últimos años en Moscú, escribiendo sus memorias y sirviendo como asesora del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso.