Julia Ward

Julia Ward, una defensora de los derechos femeninos

Julia Ward nació en Nueva York en 1819. Fue una célebre activista, defensora de los derechos de las mujeres y del sufragio femenino, abolicionista y escritora. Defendió la importancia de las mujeres como garantes de los valores humanos y transmisoras de las virtudes fundamentales de los hombres.

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Nació en la ciudad de Nueva York en 1819 y murió en Portsmouth, Rhode Island, en 1910. Fue una célebre activista, defensora de los derechos de las mujeres y del sufragio femenino, abolicionista y escritora. Luchadora incansable, su vida personal no fue en absoluto un camino de rosas.

Entre sus múltiples reivindicaciones, Julia defendió siempre la importancia de las mujeres en su papel de madres, como garantes de los valores humanos y transmisoras de las virtudes fundamentales de los hombres.

Su pensamiento evolucionó hacia las filas del sufragismo, que inicialmente no consideraba prioritario. El apellido Howe es el que le correspondía desde que contrajo matrimonio con Samuel Gridley Howe el 23 de abril de 1843. Conocida por haber escrito la letra de la canción The Battle Hymn of the Republic y por su Proclama para el día de las madres (1870), Julia Ward es autora de ensayos, libros de viajes y poemas, que le valieron llegar a ser la primera mujer elegida para la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras, en 1908.

Biografía

Julia Ward fue hija de Samuel Ward, banquero de religión calvinista, y de Julia de Rush Cutler. Su madre, poeta, falleció en 1824.

Tras la muerte de su madre, Julia fue educada por su tío, de ideas liberales, lo que le permitió estudiar con buenos maestros y desarrollar su inteligencia. Julia se interesó por las matemáticas y la literatura, y aprendió siete idiomas. Ella fue autodidacta y se convirtió en un intelecto formidable en un momento en que las mujeres estaban muy limitadas en sus esfuerzos educativos. Julia, una niña inteligente y ávida de conocimientos, buscó allí donde pudo la manera de ampliar su saber. Los libros que su hermano Sam trajo de Europa sirvieron para formar a Julia en unas ideas liberales y modernas que contrastaban con el puritanismo calvinista de su padre, al que siempre quiso y respetó.

En abril de 1843 Julia conoció a Samuel Gridley Howe, veinte años mayor que ella, con el que contrajo matrimonio, un médico con ideas liberales como ella, defensor del abolicionismo y del derecho a la educación de personas desfavorecidas. Pero si Julia creía que las ideas igualitarias de su marido iban a reflejarse también en su matrimonio se equivocó de lleno. Aplicando una doble moral, Samuel obligó a su esposa a recluirse en su casa y ejercer el papel de esposa y madre sumisa y callada, sin ideas ni opiniones ni actividad pública de ningún tipo. Samuel llegó incluso a controlar todo el capital que había heredado Julia, a pesar de las protestas de la familia de su esposa. Tuvo que adaptarse a la idea de mujer casada que su marido, de carácter fuerte y autocrático, le imponía. En las cartas que envió a sus hermanas, describió los primeros años de matrimonio como un momento difícil, expresando la tristeza y luchas de una mujer que busca la independencia y la comprensión. Julia fue madre de seis hijos y, aunque consideró el divorcio varias veces, nunca lo materializó porque él la amenazó con alejarla de sus hijos.

Julia, en su aislamiento, estudió Filosofía, aprendió siete idiomas y se dedicó a su propia autoformación, así como a la educación y el cuidado de sus hijos. Después de una separación de su esposo, publicó en 1854 de forma anónima Flores de pasión, una colección de sus poemas donde expresaba su sufrimiento e infelicidad doméstica. Pero para desgracia de Julia, su esposo pronto supo que había sido su propia mujer quien había escrito esa colección de poemas desafiando las órdenes estrictas que había dejado bien claras desde el primer momento.

A punto estuvo de perderlo todo, pero Sam consiguió superar lo que consideraba una traición de su esposa y el matrimonio no se rompió. Después de aquel episodio, Julia no se resignó a volver a la reclusión del hogar y continuó estudiando y escribiendo.

Julia tenía un espíritu profundamente religioso y filosófico y una gran pasión por la justicia social. Su fama le permitió dirigir la lucha por muchas causas, tales como la abolición, el sufragio de la mujer y la paz mundial universal.

En 1862 se publicó su poema «Himno de la batalla de la República», que se convirtió en la canción más conocida de la Guerra Civil del Norte. Julia se hizo conocida, su fama le trajo más autonomía y sus ambiciones comenzaron a hacerse realidad.

Por el lado de su activismo, promovió un encuentro anual de mujeres de los ministros, y en la década de 1870, ayudó a establecer la libre asociación religiosa. Se convirtió también en activista en el movimiento de la mujer, actuando como presidenta del Club de Mujeres de Nueva Inglaterra, promoviendo los derechos de las mujeres y el sufragio femenino.

Julia Ward escribió en su diario cuando enviudó, que iniciaba su nueva vida. Años antes, en 1870, había escrito el poema titulado Proclama del día de las madres:

Se publicó el «llamamiento a la condición de mujer en el mundo entero», que favoreció el congreso de paz de las mujeres.

Proclama del día de la madre

¡Levántense, mujeres de hoy! ¡Levántense todas las que tienen corazones, sin importar que su bautismo haya sido de agua o lágrimas! Digan con firmeza: “No permitiremos que los asuntos sean decididos por agencias irrelevantes. Nuestros maridos no regresarán a nosotras en busca de caricias y aplausos apestando a matanzas. No se llevarán a nuestros hijos para que desaprendan todo lo que hemos podido enseñarles acerca de la caridad, la compasión y la paciencia”. Nosotras, mujeres de un país, tendremos demasiada compasión hacia aquellas de otro país, como para permitir que nuestros hijos sean entrenados para herir a los suyos. Desde el seno de una tierra devastada, una voz se alza con la nuestra y dice “¡Desarma! ¡Desarma!” La espada del asesinato no es la balanza de la justicia. La sangre no limpia el deshonor, ni la violencia es señal de posesión. En nombre de la maternidad y la humanidad, les pido solemnemente que sea designado un congreso general de mujeres, sin importar nacionalidad, y que se lleve a cabo en algún lugar que resulte conveniente, a la brevedad posible, para promover la alianza de diferentes nacionalidades, el arreglo amistoso de cuestiones internacionales (Julia Ward Howe, Proclama del día de las madres).

Organizó la Conferencia de Paz en Estados Unidos y Gran Bretaña. También impulsó la creación de un día dedicado a la mujer y a la maternidad: el Día de la Madre, como símbolo de unión y paz, pero no tuvo éxito hasta que 1914 en se instituyó oficialmente (Resolución de 9 de mayo de 1914).

En 1914, el Congreso de Estados Unidos aprobó una resolución conjunta, y el presidente Woodrow Wilson firmó para establecer que el segundo domingo de mayo de cada año, se celebraría el Día de la Madre, haciendo hincapié en el papel de la mujer en la familia.

También fue coeditora y escritora de Diario de la Mujer, que presionó por el sufragio y los derechos humanos. Julia se unió a Lucy Stone y a su marido Henry Brown Blackwell en la edición de Diario de la Mujer, periódico semanal que el matrimonio había fundado en 1870.

Viajó por el mundo ofreciendo conferencias que promovían los derechos de las mujeres y la reforma educativa.

En 1893, Julia Ward Howe participó en la Exposición de Chicago (una feria mundial), en la que presidió una sesión y presentó un informe sobre «Moral y reforma social». Publicó ¿Qué es la religión?, en donde afirma que cualquier religión que sacrifica a las mujeres a la brutalidad de los hombres no es una religión.

Fue autora de ensayos, libros de ficción para niños, libros de viajes, poemas, una biografía de Margaret Fuller y una autobiografía de Recuerdos (1999). Otras obras póstumas fueron Leonora y su propio mundo y San Hipólito.

Julia Ward Hove, en 1908 fue la primera mujer elegida como miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras.

Julia Ward falleció el 17 de octubre de 1910; más de cuatro mil personas asistieron a su funeral, rindiendo homenaje a una de las mujeres que más luchó en favor de los derechos femeninos en los últimos años del siglo XIX.

Bibliografía

http://mujeresquehacenlahistoria.blogspot.com.es/2012/10/siglo-xix-julia-ward howe.html

http://www.juliawardhowe.org/

http://www.villafrancadeloscaballeros.es/bienestar-social/centro-de-la-mujer/mujer-memorable/290-marzo-2015-julia-ward-howe

http://www.biography.com/people/julia-ward-howe-9345293 es.wikipedia.org/wiki/Julia_Ward_Howe

http://www.mujeresenlahistoria.com/2013/07/reivindicando-las-madres-julia-ward.html